dilluns, 5 de maig del 2008

¿COMERCIO JUSTO EN EL SUPER?

Ante esta pregunta podríamos afirmar que la presencia de productos de comercio justo en los supermercados es una dinámica positiva que permite un fácil acceso y mayor ventas. Pero, ¿el comercio justo se limita a eso? ¿Qué tipo de comercio justo pueden llevar a cabo empresas con una dudosa trayectoria de respecto a los derechos laborales y sociales? Ante el creciente interés por el comercio justo por parte de supermercados deberíamos de preguntarnos qué se esconde detrás. Todos estaremos de acuerdo en que para cambiar las injustas reglas del mercado es fundamental llevar a cabo una tarea de sensibilización. Pero, ¿son las empresas de la gran distribución capaces de llevarla a cabo? ¿Son los mismos que se benefician de la globalización capaces de luchar en su contra?

Comercio justo no significa vender más. El comercio justo tiene por objetivo cambiar las injustas reglas del comercio internacional. Vender más no es un objetivo final, sino un medio para sensibilizar y apoyar a los productores para un sistema político y económico solidario y respetuosos con el medio y las personas. Vender más a través de las grandes superficies nunca nos permitirá modificar las injustas reglas del sistema comercial ya que éstas son las primeras interesadas en mantener un modelo comercial injusto que les reporta importantes beneficios económicos.

Comercio justo no es un listado de criterios. No podemos limitar el comercio justo a una serie de criterios aplicados a la producción en origen. El comercio justo es más complejo que un producto producido en base a unos criterios de justicia social, el comercio justo es un proceso comercial que va desde el productor al consumidor final, teniendo en cuenta a todos los actores que participan en ella. No podemos someter al productor al cumplimiento de una serie de criterios (pago de un salario digno, organización democrática, políticas de género, respecto al medio ambiente) y no aplicarlos al resto de actores. Si aplicásemos estos criterios a los supermercados, éstos no cumplirían estos criterios.

Comercio justo no significa solo una relación comercial con el productor. No podemos limitar el comercio justo a una mera transferencia monetaria. Debemos de trascender esta visión por una perspectiva de solidaridad entre productor y consumidor, en lucha contra el modelo de globalización capitalista. Los supermercados someten y explotan al pequeño productor con el objetivo de conseguir unos productos más baratos, pagando por debajo del precio de coste. Los campesinos cada vez reciben menos dinero y los consumidores cada vez pagamos más. ¿Quién se beneficia?

Comercio justo no es solo Norte-Sur. La justicia en las prácticas comerciales no sólo debe limitarse entre países del Norte-Sur, debemos de reclamar una justicia comercial a nivel internacional y local. Poner el énfasis en la comercialización de productos locales y de proximidad elaborados por actores de la economía solidaria y defender el derecho de los pueblos a la soberanía alimentaria.

Las grandes cadenas promueven una producción deslocalizada para conseguir productos más baratos, vulnerando los derechos ambientales y laborales. Responsables de alimentos “viajeros” que recorren miles de kilometros. No defienden la soberanía alimentaria, y acaban con el comercio de proximidad.

El comercio justo es utilizado como un instrumento de marketing y lavado de imagen. Vendiendo una parte de sus productos de comercio justo pretenden justificar una práctica injusta: precarización de la mano de obra, sometimiento del pequeño agricultor, explotación del medio ambiente, promoción de un modelo de consumo insostenible, competencia desleal con el comercio local, etc.

Si hay supermercados buenos y malos, es importante señalar que el modelo de producción y comercialización de todos parte de una lógica de mercado que antepone la maximización de sus beneficios al respeto de los derechos sociales. La lógica de funcionamiento de todos ellos es la misma, aunque haya algunos que tengan mejor estrategia que otros. Es fundamental abogar por un comercio justo que rechace ser un instrumento de marketing. Es necesario un comercio justo transformador y alternativo que tenga en cuenta a todos los actores de la cadena.